Samsung fue tendencia durante la segunda mitad de 2016, por razones que la gigante marca de desarrollo de tecnología coreana seguramente hubiera preferido no vivir. Cuando en agosto del año pasado, Samsung lanzó al mercado al Galaxy Note 7, jamás hubieran creído que para octubre de ese mismo año el aparato fuera discontinuado.
El Samsung Galaxy Note 7 pasó a ser conocido, y así quedará en la historia, como el equipo que explotaba y que fue prohibido en vuelos internacionales. Una mancha en la historia de Samsung, que sólo el tiempo supo sanar, y no del todo.
De hecho, al tiempo que Samsung lanzaba su nueva versión de su modelo insignia, el Samsung Galaxy S8 –que compite directamente con los iPhone-, la opinión pública se preguntaba cómo afectaría el rotundo fracaso del anterior lanzamiento.
Y, de hecho, los números de venta del Galaxy S8 no fueron los mejores. Si bien Samsung continúa siendo una de las marcas líderes en el mercado, las ventas del nuevo producto fueron significativamente menores a las esperadas. En datos concretos, a esta altura del año el antecesor del S8, el Galaxy S7 –y su versión Edge-, habían vendido ya 12 millones de equipos, contra los 9.8 millones que lleva vendido el Galaxy S8.
Por esta razón, y el fantasma del fracaso del año pasado, Samsung estaría analizando adelantar el lanzamiento del sucesor del Galaxy Note 7, el Samsung Galaxy Note 8. Una movida muy llamativa, que implicaría buscar romper el mercado desde otro ángulo.
Objetivamente, muchos especialistas se debaten si este lanzamiento temprano no puede derivar en otro producto de Samsung que llegue al mercado con fallas notorias, e irreparables. Convirtiendo al Samsung Galaxy Note 8, en el segundo equipo defectuoso de la marca y, ya sí, en un fracaso tremendo, que puede dejar tecleando a la gigante coreana.
En todo caso, Samsung debería optar por analizar e investigar las razones por las que el mercado no está adoptando de la misma manera a esta nueva versión del su Smartphone, como si lo hizo alguna vez con el Samsung Galaxy S7. O si, tal vez, es hora de dar un nuevo enfoque desde la parte técnica, o incluso el uso del sistema operativo, para captar otro tipo de público. Cuestiones que deberá definir Samsung mientras Apple le sigue pisando los talones.