Si bien el risotto es, técnicamente, una preparación a base de arroz, que se realiza nacarando el mismo en un medio graso, para luego incorporar caldo hasta conseguir el punto de cocción preciso, y realizar una mantecatura a base del mismo elemento graso y diferentes tipos de queso –un manjar-, la gastronomía actual ha decidido dedicarle un tiempo a esta clásica receta italiana para darle una vuelta de tuerca, al estilo del risotto.
Una de las variantes para preparar este tipo de recetas, con combinaciones geniales, es utilizar otros tipos de cereales, que tienen la misma capacidad –o más- de retención de líquidas. Tal es el caso de la quinoa, un ingrediente que afortunadamente está siendo cada vez más consumido en nuestra gastronomía, y que cuenta con muchas propiedades positivas para el cuerpo. Por suerte, podemos conseguir este tipo de ingredientes fácilmente, en locales especializados como Pachamama Orgánicos -www.pachamamaorganicos.com-
La quinoa, además, puede ser utilizada para realizar un risotto, que acompañaremos hoy con calabaza asada y leche de coco, otros dos elementos muy interesantes y, sobre todo, deliciosos. ¿Qué necesitamos para realizar este risotto de quinoa, calabaza asada y leche de coco?
Para la confección del plato precisaremos: 500gr de quinoa, 1kg de calabaza tipo Anco Batata -veteado verde por fuera y con un tono naranja profundo por dentro- –puede ser reemplazado por Zapallo Kabutiá -el de cáscara verde--, 600cc de leche de coco, 600cc de caldo, romero y salvia para la calabaza, aceite de oliva, y sal y pimienta a gusto.
La preparación es sencilla. Primero, debemos lavar, pelar y cortar el zapallo en rodajas. Ubicarlo en una asadera para horno rociada con aceite de oliva –y rociar tmb la calabaza-. Espolvorearla con el romero y la salvia, y cocinarla a fuego fuerte hasta que esté bien tierna.
Mientras se asa la calabaza, lavaremos y enjuagaremos bien la quinoa varias veces, hasta que el agua de enjuague salga bien limpia. Pondremos la quinoa a hervir con el caldo a fuego medio. Cuando el caldo se haya consumido, agregar de a chorritos la leche de coco mientras se revuelve con cuchara de madera cuidando que no se quede sin líquido y se pegue.
Al final de la cocción, al cabo de aproximadamente 15 minutos-cuando el granito de la quinoa haya duplicado su volumen y esté al dente- agregaremos la calabaza asada con las hierbas, integrando bien. El zapallo y la leche de coco van a formar una suerte de crema deliciosa en la que queda envuelta la quinoa. Agregar sal y pimienta a gusto.
Es importante tener en cuenta el lavado la quinoa, ya que el mismo sirve para eliminar impurezas y el sabor amargo. ¡Ahora sí! Sin excusas. Ya tenemos un plato sano y delicioso, para disfrutar de los fríos por venir y agasajar a quienes más queramos.