Muy pocos saben que la clave del éxito de Juan
Martín del Potro en la Copa Davis 2016 fue la nanotecnología. Según explican
los expertos, las partículas incorporadas a los polímeros que forman
la raqueta Wilson que usó el tenista argentino en ese certamen, permiten un
ajuste tal de las propiedades mecánicas que la raqueta puede pegar un golpe fortísimo
sin vibrar. El modelo le dio tan buenos resultados a Del Potro, que apenas se
enteró que Wilson lo iba a sacar del mercado, salió a comprar las últimas
unidades de la raqueta nanotecnológica que lo llevó al éxito.
Si bien mucho se ha hablado de la nanotecnología,
poco se sabe de lo que está ocurriendo con ella aquí y ahora en la Argentina.
El Instituto de Nanosistemas -INS- de la Universidad Nacional de San Martín
-UNSAM- es una de las entidades que hoy está desarrollando, promoviendo y
divulgando este tipo ciencia, que estudia la materia en la escala de los
nanómetros, es decir, en la mil millonésima parte de un metro. “Lo interesante
que propone esta medida es que cuando los materiales son tan pequeños, las
propiedades cambian. Al modificarse el tamaño e incluso la forma, la materia
presenta comportamientos interesantísimos y novedosos, que desafían todo lo que
conocemos” asegura el Dr. Galo Soler Illia, decano del INS y máximo referente
de la nanotecnología en el país.
En el INS, diversos grupos de investigación
aprovechan las ventajas que ofrece la materia a escala nanométrica para
encontrar nuevas respuestas a diferentes problemáticas tanto de la industria
como de la sociedad. Por ejemplo, el equipo de nanobiología está avanzando en
la investigación de un tratamiento alternativo con nanotecnología para la cura
de cáncer, que promete una terapia dirigida exclusivamente al tumor, disminuyendo
los efectos secundarios, propios de las terapias hasta hoy conocidas. Otros
grupos de investigación, por su parte, estudian aprovechar las nuevas
plataformas nanotecnológicas para superar las desventajas que presenta la
actual administración de medicamentos. Con la implementación de nanovehículos,
se podrían liberar fármacos de forma específica en las células o tejidos
enfermos, logrando una medicación más precisa y menos tóxica.
El año pasado, el Ministerio de
Ciencia y Tecnología de la Nación también ha destacado la importancia de esta
ciencia. El proyecto NanoBact, un recubrimiento transparente con efecto
antibacteriano desarrollado por un equipo conformado por el decano Soler Illia
-INS-UNSAM-, Paolo Catalano -CNEA-, Martín Bellino -CNEA- y Martín Desimone
-UBA-, se llevó el Gran Premio INNOVAR 2016 además del premio en la categoría
Investigación aplicada.
El INS además participa en tareas de
extensión y divulgación de la nanotecnología. Becarios e investigadores del Instituto
colaboran en los talleres de nanotecnología del concurso Nano por un día,
organizados por la Fundación Argentina de Nanotecnología y destinados a
estudiantes de escuelas secundarias del país. El año pasado, dos becarios
doctorales del INS asistieron a tres alumnas de la escuela secundaria técnica
de la UNSAM en el proyecto bautizado “tapagoteras”. Se trató de una aplicación
de espuma de poliuterano para recubrir agujeros de chapas deterioradas y un recubrimiento
de barniz sintético con nanopartículas de óxido de titanio diseñado para
proteger dicha espuma, que fueron desarrollados en el laboratorio del INS. Por
la propuesta científica y por solucionar un problema real del barrio donde
vivían las estudiantes, el proyecto resultó ser el ganador del concurso y el
equipo fue noticia en los principales medios de comunicación.
Este tipo de iniciativas, más los reconocimientos y
las investigaciones con excelentes perspectivas de éxito, le permiten al
Instituto de Nanosistemas difundir la actividad de la ciencia y la tecnología en
la Argentina; ya que hoy como siempre, son imprescindibles para seguir
construyendo un país mejor.