Si bien el
cuscús se puso muy de moda durante la última década, siendo casi una guarnición obligatoria en todos los restaurantes de alta cocina y relacionado comúnmente con la cocina francesa, es un plato típico consumido cotidianamente por los comensales de África del norte y los países árabes.
Resulta que, el
cuscús no es un plato característico de la gastronomía francesa, sino que arriba a costas europeas desde el lado de África. Lo bereberes, un conjunto de etnias autóctonas del norte del continente africano, son los verdaderos creadores de esta preparación que hoy da vueltas al globo.
El
cuscús, en su concepción general, no es otra cosa que sémola de trigo hidratada con algún líquido, que posteriormente es condimentada y acompañada por una variedad de ingredientes. De hecho, el
cuscús tradicional –o el que se comercializa en los restaurantes- es hidratado con algún caldo y servido junto a vegetales y/o carnes.
Pero, el dato que muchos ajenos a la gastronomía desconocen es que el
cuscús puede servirse también como un postre. Y, además de ser una delicia para los golosos, es una preparación sencilla y, bien acompañada, muy sana.
De hecho, para preparar el
cuscús dulce necesitamos la sémola de trigo, leche –saborizada con canela-, miel, azúcar impalpable y, frutos y frutas secas varias como, por ejemplo, dátiles, pistachos, almendras, nueces, maníes, pasas de uva, orejones de durazno, piel confitada de naranja, y más.
Una vez tengamos los ingredientes, podemos realizar la mezcla para preparar el
cuscús dulce. ¿Cómo? Primero debemos calentar la leche con la canela para que infusione. Obviamente, algún que otro aventurero puede utilizar otras especias más allá de la canela, como el clavo de olor, la nuez moscada, o esencias.
Una vez infusionada la leche –que dejaremos calentar junto con la canela unos minutos, sin que rompa hervor- incorporaremos en partes iguales con la sémola de trigo. A una taza de sémola, una de leche. Tan sencillo como eso. Tapamos la preparación y dejamos hidratar unos 20 minutos.
Pasado este tiempo, destapamos y mezclamos con un tenedor para separar la sémola. Ahora sí, podemos comenzar a jugar con los sabores. Podemos incorporar azúcar impalpable a gusto -el ingrediente menos sano de la preparación- y todos los frutos y frutas secas que queramos.
Una vez mezclado, lo presentaremos en forma de pirámide sobre una fuente, y decoraremos con algunos frutos que nos hayan quedado. Por último, dejamos caer un hilo de miel por encima para levantar el brillo y generar aún más dulzor.
Lo más interesante de este plato, además de lo exótico, es el alto contenido de
nutrientes que encontramos en los elementos que lo componen. Sin ir más lejos, el uso de las frutas secas –por su alto contenido de omega 3, proteínas Y antioxidantes-, la sémola de trigo –energía, y vitamina K- y la miel –baja en grasas, pero con muchos beneficios comprobados-, son algunos de los elementos que componen este
postre rico y sano. Además, estos son productos que podemos encontrar en muchas dietéticas y mercados saludables, como el caso de
ON market, recientemente inaugurado en Olivos, Vicente López.
Una razón más para degustar el
cuscús dulce, este exquisito e insólito plato de tradición africana que podemos compartir con amigos y familia como cierre de una cena temática. Teniendo en cuenta todas las variables posibles: una preparación simple,
rica y sana.