Celebro que la Cámara de Diputados de la Nación considere de interés cultural a la obra de teatro Mi hijo sólo camina un poco más lento del dramaturgo croata Ivor Martinic y dirigida por el argentino Guillermo Cacace con un elenco de actores talentosos que no son famosos.
Si bien la obra retrata los vínculos familiares y toda su paleta de emociones lo que nos llevó a proponer declararla de interés del Congreso de la Nación es su contenido inclusivo de las personas con discapacidad -PCD-.
La obra cuenta la vida de una familia en la que un joven por una enfermedad no mencionada se mueve en silla de ruedas. La intensidad emocional y la reflexión por la que pasan todos los miembros de su familia logran acercarnos de una manera interesante y profunda a cómo es vivir con una discapacidad. En escena se transitan los vínculos familiares, los prejuicios, los miedos y las dificultades, nos muestra la diferencia y cómo esta afecta a todo el entorno familiar y social del protagonista. Con un lenguaje sencillo y accesible, nos deja un mensaje valioso: lograr amar en la diferencia. En Argentina el 12 % de su población vive con alguna discapacidad por eso destacamos la importancia de esta obra que desde un circuito alternativo ha llegado a un gran público y contribuye desde la cultura y arte a la inclusión del colectivo PCD, que muchas veces se encuentra en graves condiciones de vulnerabilidad.
Esta obra visibiliza algo en lo que creo hace mucho tiempo: que si una persona con discapacidad tiene los apoyos necesarios podrá hacer una vida independiente, y eso no puede depender sólo de sus posibilidades económicas porque la condición de vulnerabilidad se genera cuando la sociedad en su conjunto, a través del Estado, no brinda esos apoyos.
Muchas veces se piensa que la PCD necesita grandes cosas, pero no es así, simplemente no se le pregunta qué necesita. Por eso el tratamiento que propone el autor de la discapacidad como diversidad frente a la negación de la familia y de la sociedad, que ni siquiera pueden nombrar - salvo al final que el hijo se mueve en silla de ruedas- utilizando el eufemismo “camina un poco más lento”, sirve de concientización, visibiliza el prejuicio y lo combate al valorizar lo distinto.