Hugh Jackman ya anunció que no volverá a meterse en la piel del mítico personaje de Logan y tras su último film la cosa no significa otra que una pérdida enorme para este personaje. Del personaje de Wolverine en solitario se habían filmado X-Men Orígenes: Wolverine -2009- y Wolverine Inmortal -2013-, siendo sus directores Gavin Hood y James Mangold.
En esta oportunidad, Mangold vuelve a tomar la posta de la tercera -y última- película de Wolverine. Entrega de la que, se anticipó, hasta la propia Fox tenía cierta preocupación, aunque sin fundamentos.
Logan sirve como broche de oro para la trilogía dedicada a Wolverine en el cine y lo hace como debe ser. En esta cinta vemos un cuidado absoluto en mostrar al personaje con un aspecto decadente y profundo, en una trama ambientada en el 2029, donde Logan se ve malviviendo como chófer de limosina para diferentes tipos de personas y escondido en la frontera con México acompañado de un nonagenario Charles Xavier -genial de nuevo Sir Patrick Stewart, que ha tomado el pulso perfecto a su personaje-.
Logan es un James Howlett perdido, alcohólico y muy decadente. Su única compañía es el mutante Caliban -Stephen Merchant- y un Profesor X al que sigue tratando como un padre pero con el que vivirá una aventura muy especial.
No hay que develar nada para no destapar sorpresas pero los fans de la saga X-Men estarán encantados de descubrir muchas referencias veladas -y otras más explícitas- a cómics míticos de la franquicia. Es genial ver el metalenguaje con Wolverine leyendo algunas páginas de estas historietas, a los que él no les da importancia y trata como "fantasías", cual Quijote.
James Mangold ha trabajado mucho en la historia y la evolución del personaje, del que Hugh Jackman se despide para siempre -una pena- y se entiende que la película cobra sentido mientras que a la vez se eslabona con la futura saga de Los Nuevos Mutantes. También Mangold, aunque no lo cita textualmente, deja una referencia a la maravillosa minisaga titulada Arma-X, de Barry Windsor Smith.
Hay miles de detalles a analizar y descubrir: Se habla de ideas clave como el denominado "Proyecto X-23" y el personaje del número 24 -una gran sorpresa- para adoradores del mundo mutante. Aparte, existe un apartado referencial melancólico y cinéfilo especial. Hay un homenaje explícito al western Shane, El Desconocido -1953-, dirigida por George Stevens y de la que el propio Profesor X llega a decir que "fue rodada hace casi 100 años" -otro ejemplo de que nos encontramos en un futuro 2024-.
También la banda sonora tiene un cierto aire de western, género del que bebe bastante Logan como film por sí mismo. Incluye el mítico tema I got a name, de Jim Croce, que ya usó Tarantino en Django sin Cadenas, por ejemplo.
La película mantiene un ritmo potencialmente adecuado y su único punto de debilidad lo tiene el villano del agente Donald Pierce -Boyd Holbrook-, que es endeble y poco rival para un Logan cuyo único enemigo peligroso es él mismo. Su vejez es producto también de su desconfianza hacia el mundo y la aparición de la pequeña Laura/X-23 -Dafne Keen-, a la que se verá obligado a proteger y cuyas habilidades mutantes son similares a las suyas.
Es una lástima que Jackman lo deje. Además, como decía Sanders en ese western: "Ya no quedan armas en este valle". Ya no queda ni siquiera el arma más mortífera de todas: la propia Arma X. Vamos a echarlo de menos.