Dieciocho años soñó y esperó Juan Rodó para poder llevar a un escenario porteño “Jekyy & Hyde”, el famoso musical de Broadway basado en la novela clásica “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, de Robert Louis Stevenson.
Estructurado en dos actos, con libro y letras de Leslie Bricusse y la música de Frank Wildhorn, la versión nacional cuenta con la dirección general de Sergio Lombardo y dirección musical de Damián Mahler.
Una historia que combina drama y terror a partir de los extraños experimentos que desarrolla el Dr. Henry Jeckyll -Juan Rodó- con una poción capaz de separar el lado más humano de una persona y su faceta más bestial, que aparecerá como Edward Hyde una monstruosidad que deja un reguero de sangre y varias víctimas a su alreddor.
En esa lucha constante en el Bien y el Mal, entre luces y sombras, y una obsesión que lo lleva a experimentar con su propio cuerpo -“Es el momento”- luego de que su idea es rechazada por sus colegas, Henry Jekyll se encamina hacia una lúgubre experiencia que es muy bien capturada por la atmósfera de esta producción nacional que desembarcó en el Metropolitan Citi.
Con un elenco de lujo que también integran Melania Lenoir, en el rol de Lucy; Raúl Lavié como John Utterman, el abogado y amigo personal de Jeckyll y Eluney Zalazar como Emma, la novia, la propuesta adquiere una calidad imponente no sólo desde lo vocal, sino también en una puesta en escena que privilegia estructuras metálicas que se van creando los diferentes ámbitos donde se desarrolla la acción, desde la casa y el laboratorio de Jekyll hasta el cabaret y las desoladas calles donde el asesino ataca sin piedad.
Rodó le da la tonalidad justa a sus dos personajes, no sólo a través de las posturas y el juego con el cuerpo, sino también con una voz que se transforma -“Confrontación”- cuando Hyde sale de sus entrañas con una cabellera terrorífica que le oculta el rostro.
Lavié, todo un experimentado en el rubro musical, pisa fuerte en el escenario y Melania Lenoir -Forever young- sobresale con su potencia y confirma que es una de las figuras más importantes del género.
La mano segura del experimentado Lombardo crea la atmósfera necesaria para que el espectáculo crezca en intensidad y en climas dramáticos sin olvidarse de la cuota de misterio y violencia que también tiene la historia. Todo encaja, seduce y conquista al espectador con los mejores recursos de sonido, vestuario, coreografía e iluminación.