Quince años después de La familia de mi novia, John Hamburg, guionista de aquel éxito con Ben Stiller y Robert De Niro, decide repetir la fórmula pero invirtiendo los roles.
En ¿ Por qué él?, Ned Fleming – Bryan Cranston, en un bienvenido regreso a la comedia familiar- es el dueño de una imprenta de Michigan que está al borde de la bancarrota. Poca gente imprime hoy en día y el negocio se está acabando. En medio de su cumpleaños, Ned recibe la invitación de su hija universitaria para pasar la Navidad en la casa de su flamante novio. Para la sorpresa del padre, la nena está saliendo con joven multimillonario, dueño de una empresa que diseña video juegos. Laird es, en apariencia, lo opuesto a Ned. Deshinbido, vive en una mansión moderna, new age, con un asistente que lo entrena, cuan Kato al inspector Closeau, para que esté prevenido ante cualquier ataque.
Al tiempo que Laird trata de ganarse la confianza de Ned, este intenta desacreditar a su posible futuro yerno para que su hija no se case con él y regrese a la Universidad. Demasiados lugares comunes, una estructura narrativa obvia, llena de clisés hacen de este nuevo film de Hamburg una acumulación de gags, la mayoría con demasiado anclaje en la realidad cultural-mediática de Estados Unidos para crear un efecto humorístico inmediato. Y por esto mismo, no todos los remates funcionan al mismo nivel.
El humor escatológico no es novedad en la Nueva Comedia Americana, pero acá es todo poco arriesgado e imaginativo. La constante de repetir y repetir el mismo gag le otorga un efecto redundante cansador. La mención de marcas, programas y series, no hacen más que otorgar al film un efecto intrascendente. En diez años, la mitad del público no entenderá varios de los gags.
Porque si visual y narrativamente el film nunca logra despegarse de lo trillado y formulado, es en la química y el talento del elenco que encuentra sus mayores virtudes. Si bien los personajes no escapan de estereotipos y esquemas, la versatilidad expresiva de Cranston con numerosas herramientas para generar humor –como lo hacía en la serie Malcom in the Middle- es uno de los fuertes de la película. El contraste con el deshinbido James Franco -que pareciera continuar con el personaje de Pineapple Express o Este es el fin- funciona muy bien, así como la química con Megan Mullally–la extraordinaria actriz de la serie Will & Grace- que interpreta a la esposa de Ned. Por otro lado, es hilarante la participación de Keegan-Michael Key, notable comediante local, pero reconocido fuera de Estados Unidos.
Divertida a medias, entretenida hasta ahí nomás y olvidable a los cinco minutos. La familia de mi novia ya se hizo y tuvo dos lamentables secuelas. Hamburg sigue exprimiendo aquello que funcionó hasta agotarlo definitivamente. Los actores –y un par de cameos finales- la salvan. Esperemos que esta vez no haya secuelas. Es suficiente con salir una vez del cine y preguntarse ¿Por qué esta película?.