El 22 de abril de 2010 la plataforma Deepwater Horizon, ubicada en las cercanías del Golfo México, explotó en el medio del mar, provocando el derrame petrolero más contundente de los últimos años.
El director Peter Berg se reúne nuevamente con Mark Wahlberg, después de la exitosa El sobreviviente, para narrar los sucesos previos a la explosión a través de la mirada de Mike Williams, el jefe de mantenimiento de la plataforma, un hombre de familia que se convirtió en uno de los héroes de la tragedia.
Horizonte profundoequilibra el relato testimonial con el género catástrofe dando como resultado una narración clásica, emotiva y emocionante. A partir del momento que los protagonistas llegan a la plataforma para sellarla, Berg va presentando a cada personaje, desde los obreros hasta los empresarios, cuya mezquindad a la hora de hacer las pruebas de seguridad necesarias, trajeron como consecuencia el desastre petrolero.
Las sólidas interpretaciones de Wahlberg, Kurt Russell y John Malkovich ayudan a crear empatía con el espectador, distrayéndolo de los vicios de un guión que intenta no dejar huecos técnicos. El propósito, por supuesto, es concientizar y por lo tanto abundan las sobreexplicaciones, de las causas que provocaron la falla.
Sin embargo, a partir de la segunda hora, en la que realmente se desata el accidente, Berg prioriza la acción, el suspenso y el entretenimiento más puro. Los efectos especiales no se convierten en protagonistas y son funcionales al relato. El drama está manejado con la sabiduría de no dar cabida a la emoción forzada. Más allá de ciertas convenciones, lugares comunes y estereotipos del género, el ritmo al que apela Berg se acerca a la forma de narrar del fallecido Tony Scott, un artesano de este tipo de películas, que supo demostrar su habilidad con Rescate del Metro 123o Imparable, por citar sus dos últimas grandes obras. Lejos de copiar la estética del hermano de Ridley, Berg coordina perfectamente el relato paralelo gracias a un montaje inteligente y fluido.
En los últimos minutos, el film cae en los típicos diálogos motivadores y alguna que otra escenas sensiblera, pero el director inteligentemente decide no abusar de este recurso, como si lo hubiese hecho el grasiento Michael Bay.
La historia termina siendo tan increíble que en algún momento del relato, el espectador se olvida que fue algo real, pero la narración es poderosa, y posiblemente algún día logramos ubicar a Horizonte profundo a la misma altura de clásico catástrofe como lo son hoy en día, La aventura del Poseidón o Infierno en la torre. Combinación entre drama y suspenso con pequeños toques de humor, el film es una recomendable opción para conocer un poco más sobre las bases petroleras ubicadas en medio del mar y cuan peligrosas pueden llegar a ser para toda la humanidad.