En 1999, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez hicieron un largometraje de terror con, aproximadamente, solo 25 mil dólares. Tres estudiantes de cine fueron con sus cámaras vhs a registrar la leyenda acerca de la Bruja de Blair. Pronto comenzaron a suceder cosas extrañas en el bosque donde estaban acampando y se vieron acechados por la bruja. El éxito de El proyecto Blair Witch no se debió a la originalidad de la narración. De hecho, es una mala película hoy en día.
Sin embargo, hay que admitir que los realizadores tuvieron muy buena intuición para saber venderla y realizarla aprovechando el bajo presupuesto. Los recursos fuera de campo son efectivos, los propios actores grabaron todo, por lo que no se utilizó prácticamente equipo técnico y no hubo créditos finales. Alguno podría aventurar que sigue todas las reglas del Dogma 95de Lars Von Trier.
A esto se le sumó una gran campaña de marketing. Se difundió que el video era real y una gran cantidad de público le mandaba cartas a las familias del elenco, todas semanas, lamentando las pérdidas de los jóvenes. La película fue vendida a Artisan por un poco más de un millón de dólares. La productora post produjo el film y agregó entre 500 y 750 mil dólares adicionales para lanzarla. Recaudó más de 248 millones en todo el mundo.
El sorpresivo éxito inspiró una secuela que pasó inadvertida. Las siguientes películas de ambos directores fueron, la mayoría, directamente para video. El suceso de Blair Witch parecía muerto hasta que la dupla Wingard/Barrett, responsables de las películas VHS, cuya premisa es similar a Blair Witch, y de la excelente Cacería macabra, decidieron realizar The Woods, cuyo tráiler fue difundido a principio de año. Pero, en la última Cómic Con, se presentó el avance final, que revelaba la verdadera trama del film: una secuela de El proyecto Blair Witch.
El argumento de esta tercera parte –que omite por completo la segunda película- es casi tan sencillo como la antecesora. James, el hermano de Heather –la protagonista del primer film- encontró en youtube un video que podría tener una pista que su hermana seguía viva en el mismo bosque en el que desapareció en 1994. Una estudiante de cine lo va a acompañar a buscarla documentando el episodio. También se sumarán, Peter, el mejor amigo de James, y su novia Ashley.
Al igual que en el film original, Blair Witch está grabada en primera persona, y sigue el estilo de found footage como Actividad paranormaly la saga VHS, pero esta vez llevan la última tecnología encima: cámaras de fotos, un dron, y dos pequeñas microcámaras que se enganchan en la oreja. Más tarde, junto a ellos, se sumará otra pareja, que servirán de guías y también llevan sus propias cámara. O sea, hay 4 puntos de vista para elegir.
El film sigue más o menos la misma estructura de la original, pero ampliada. Hay mayor desarrollo de personajes y microconflictos. Posiblemente esto genere la idea de una sobrescritura del material, sin embargo, también le otorga algo que la película del ´99 no tenía: una narración. Wingard es un verdadero realizador. El suspenso y la tensión son efectivos, y la última media hora, es brillante. Se podría decir que ya no hay más misterio o sorpresa. Es cierto. La sensación de empatía y realismo se pierde completamente. Pero por otro lado, las convenciones, el clasicismo y los lugares comunes de la historia permiten que el film no sea una simple curiosidad, sino un entretenimiento puro realizado con oficio. El bosque se convierte en el verdadero protagonista –los árboles actúan mejor que los intérpretes- y el tiempo se desvirtúa, lo que acaso es la mayor curiosidad narrativa del film.
O sea, esta Blair Witchno es más ni menos que una película más de las tantas de terror que se realizan, pero detrás de la superficie tenemos genuino ingenio cinematográfico, existe el cálculo, la destreza de un director para diseñar escenas, e incluso, pensar en función de un montaje que provoque suspenso y tensión al espectador de la forma que lo haría Hitchcock. En su clasicismo y pretensiones de no romper reglas, sino adaptar un concepto de antaño a ellas, se basa la calidad del producto final.
Blair Witch 2016 no es un ejercicio de estudiantes, es un film de terror de verdad, con las herramientas cinematográficas al servicio de una historia, que aún con sus clisés, típicos del género, logra resaltar por la propia conciencia de la artificialidad. La bruja está más viva que nunca.