Dilma Rousseff fue destituida por una elección indirecta,
donde 61 senadores sustituyeron la
voluntad popular expresada por 54.500.000 votos. Ya había pasado en Paraguay,
Maduro vive la misma situación en Venezuela, en tanto Macri avaló la medida sin
considerar el efecto boomerang.
Pero ahora le tocó el turno al poderoso Eduardo Cunha,
el político más impopular de Brasil y mente pensante detrás del impeachment de
Dilma Rousseff, ha perdido su último cargo que lo ligaba a la vida pública, el
de diputado.
Así lo ha decidido, con 450 votos a favor ,10 en contra
y 9 abstenciones, la Cámara de Diputados. Así el conservador y ultrarreligioso,
quien presidió la Cámara tuvo que abandonar su cargo por el fallo de un juez
del Tribunal Supremo, que lo acusa de carecer altura moral suficiente para el
cargo y sometió la continuidad de su función pública a la votación de la Comisión
de Ética de la Cámara
Los primeros días del septiembre Dilma Rousseff fue destituida por el Senado de Brasil acusada
de irregularidades fiscales, luego el Congreso Nacional le tomó la jura, Michel
Temer,el vicepresidente, quien no fue procesado pese a formar parte del Poder
Ejecutivo.
El nuevo presidente gobernará hasta el 1 de enero de
2019, cuando vence el mandato por el que había sido reelegida Rousseff en
octubre de 2014.
El Congreso destituyente estuvo a cargo de los presidentes:
Renán Calheiros, del Senado, Rodrigo Maia, de la Cámara de los Diputados, y
de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien dirigió las sesiones del juicio
político contra la ex presidente.
Ya había pasado lo mismo en 1992, cuando Itamar Franco
sucedió a Fernando Collor de Mello quien perdiera el poder en medio de un grave
escándalo de corrupción.
En este caso Dilma Rousseff fue destituida por 61 votos a favor, frente a
sólo 20 en contra., luego de ser acusada de irregularidades fiscales.
Sin embargo la representante del PT afirmó que volverán
al gobierno en las próximas elecciones. La ex mandataria se pronunció a través
de Twitter sobre la votación del Senado que la apartó del cargo y expresó que condenaron
a una inocente y consumaron un golpe de Estado.
Porque acaban de derrumbar a la primera mujer
presidente de Brasil, sin ninguna justificación constitucional para el juicio
político y aseguró que pronto volverán al poder para devolverle la soberanía al
pueblo.
Ya que los senadores que votaron por el impeachment
lastimaron la Constitución Federal. Decidiendo la interrupción del mandato de
una presidente que no cometió crimen de responsabilidad. Dilma considera que condenaron
a una inocente y consumaron un golpe parlamentario.
La situación que se repite en Brasil, fue parecida a
la crisis política en Paraguay de 2012, denominada por numerosos críticos, políticos
y medios de comunicación como «golpe parlamentario», cuando la Cámara de
Diputados de Paraguay terminó destituyendo al presidente Fernando Lugo.
Al ex presidente se lo había acusado de tener responsabilidad
política en los enfrentamientos entre campesinos y policías ocurridos en
Curuguaty, departamento de Canindeyú, con un saldo de diecisiete muertos.
Con una mayoría de 115 parlamentarios de 5 partidos
políticos diferentes sobre un total de 125 congresistas Lugo fue destituido de
su cargo.
En Venezuela Chávez y ahora Maduro, en otro contexto,
sufre los embates de la prensa y la oposición. De la misma forma que el
gobierno de Cristina Fernández, ahora en el banquillo de los acusados.
Hay titiriteros en Sudamérica, que manejan los hilos
de las marionetas que llegan al poder, como en décadas pasadas, pero con mucho
más poder porque son los dueños de grandes multimedios, corporaciones económicas
y financieras que buscan gobernantes que defiendan sus intereses.
Una nueva versión de las Venas Abiertas del fallecido
Eduardo Galeano…