El ex titular
de la Aduana, el militar retirado Juan José Gómez Centurión, que fue desplazado de su cargo por el director de
la Administración Federal de Ingresos Públicos -AFIP-, Alberto Abad, luego de
ser denunciado por supuestas irregularidades por el propio Ministerio de
Seguridad de la Nación.
Patricia
Bullrich, es quien ahora lo acusa de ocultarle la información sobre la
existencia de barriles conteniendo 250 kilos de pseudoefedrina en un depósito
que la Aduana tiene en Ezeiza.
La lectura
del presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, sobre las denuncias
hechas por funcionarios del mismo gobierno, es que puede tratarse de un tema de
internas dentro de Cambiemos.
Bullrich
tiene un pasado en el PJ - su hermana fue la mujer de Rodolfo Galimberti, líder
de Montoneros-. La actual ministra estuvo exiliada durante la última dictadura,
a su regreso al país con la vuelta de la
democracia, a los 37 años logró su ingreso a la Cámara de Diputados de la
Nación, única vez que ganó el Justicialismo en la Capital Federal.
Mientas Juan
José Gómez Centurión, es un militar retirado que participó en los levantamientos
castrenses de Semana Santa durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
En esa
ocasión ya estuvieron enfrentados la actual Ministra del lado de la democracia
y el ex titular de la Aduana del lado de los golpistas.
Centurión
mismo, una vez desplazado del organismo fue quien denunció la existencia de barriles con efedrina, pero la
ministra de Seguridad lo acusa de tener esa información desde mayo.
Pinedo, tratando
de aquietar las aguas dentro del gobierno, supone que Patricia Bullrich sabía de
la existencia de esos barriles porque estaba en el tema de las denuncias sobre
la importación ligada al triple crimen, pero Gómez Centurión, que entró hace
unos meses había tomado el cargo de titular
en la Aduana no sabía que en esos barriles contenían el precursor químico ni tampoco
le comunicaron que esa mercadería iba a ser destruida.
Desde el
mismo gobierno no entienden la reacción de Patricia Bullrich contra Gómez
Centurión, quien aparentemente no conocía todos los movimientos de la Aduana,
aunque luego lo denunciara él mismo una vez destituido por corrupción, o existe
en el organismo otro poder preexistente al que el poder político actual no pudo
acceder.
Más allá
de todas las sospechas dentro del funcionamiento de la Aduana en los últimos
años, lo que no queda duda es que Patricia Bullrich, con sus conocimientos
sobre la importación de la efedrina, no quiso colaborar con el ex carapintada,
tal vez la ministra también está afectada por una grieta más delgada en la
interna de Cambiemos, que separa a los civiles democráticos que llegaron al
poder por el voto popular y los ex militares que llegaron o intentaron acceder
al poder político mediante los golpes o intento de golpes militares.