Mariano Rajoy llegará al Congreso el 31 de agosto con una plataforma de
170 diputados. A partir de allí el Partido Popular -PP- confía que llegará el apoyo del
Partido Nacionalista Vasco, que si triunfa en las elecciones del país
Vasco, aportaría 5 diputados más.
Con 175 escaños, al PP solo le faltaría 1 más para llegar a la mayoría
necesaria, para que Rajoy continúe en su
cargo
Si Albert Rivera convence a alguno de los socialistas que voten por el PP, y se rebelen contra
Sánchez, Rajoy habrá logrado su objetivo, ya que el PP, Ciudadanos y Coalición
Canaria conforman una plataforma de 170 diputados.
En tanto , desde la vereda de enfrente ,para ganarle a Rajoy, el PSOE
debería sumar a Podemos y esperar que
los nacionalistas vascos sumados a los soberanistas catalanes, que tanto molestan a
Ciudadanos, se sumen a la fuerza opositora de centro izquierda.
Albert Rivera de Ciudadanos, quien había conseguido en junio
una notable fidelidad de voto, ahora no tiene suficiente fuerza o autonomía
política para intentar destituir a Rajoy.
Siendo así las cosas, le ha ofrecido sus votos a Rajoy, quien lo
necesita y lo seguirá necesitando si Sánchez -PSOE- continúa en su encarnizada
oposición porque tiene desde las elecciones generales de diciembre y junio
pasado, el apoyo dado por el Partido Nacionalista Vasco un papel relevante.
En diciembre, el apoyo del PNV al Gran Centro pactado por Sánchez y
Rivera podía haber empujado a Podemos a la abstención. Cuando menos habría
dificultado la indudable apuesta de Pablo Iglesias y Alberto Garzón por la
repetición electoral.
El PNV no quiso jugar al Gran Centro porque no le veía futuro y porque
no quiere saber nada con Ciudadanos, el único partido que propugna la extinción
del concierto vasco y del convenio navarro.
Este es un tema sagrado en Euskadi -país Vasco –que con la actual
situación política en Catalunya, el voto de los nacionalistas vascos en el
Congreso tiene una especial fuerza contraria a Rajoy.
Su líder, Iñigo Urkullu, ha expresado que podría apoyar al presidente
del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy
Con los resultados de junio, el PNV es imprescindible para aproximar a
Mariano Rajoy a la investidura, si los socialistas siguen en la trinchera. PP,
Ciudadanos y Coalición Canaria conforman una plataforma de 170 diputados.
Con los cinco del PNV sumarían 175. Sólo faltaría uno para la mayoría
absoluta. Los nacionalistas vascos, sin embargo, no darán su apoyo a Rajoy a
finales de agosto. Tienen elecciones en Euskadi en septiembre y no son fáciles
para los de Sabin Etxea. Esas elecciones se van a jugar en la banda izquierda.
Según cuál sea la composición del nuevo Parlamento vasco, el PNV podría
cambiar de posición en octubre, previa negociación, claro está. Rajoy sueña con números mágicos en el Parlamento de Vitoria: un PNV necesitado del apoyo
parlamentario del PP para gobernar.
También entrarían en juego los soberanistas catalanes que podrían
cambiar el tablero, los 17 diputados del soberanismo catalán -nuevo de ERC y
ocho de PDC- pueden aparecer y definir la elección a presidente para un lado o
para el otro.
Miquel Roca, Macià Alavedra, Joaquim Molins, Xavier Trias y Josep Antoni
Duran Lleida, con más o menos fortuna, disfrutaron siempre de carriles rápidos
en el parlamentarismo español. Entre el 2005 y el 2006,Joan
Puigcercós, de ERC, tuvo acceso directo al palacio de la Moncloa.
Para Rajoy será necesario, si quiere continuar en el poder, rezar para
que alguno del PSOE le entregue el voto que necesita, si el PNV triunfa en el
país Vasco, de lo contrario deberá volver a empezar a tejer alianzas.