Luego del intento del golpe militar, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, del partido islamita AKP, realizó un llamamiento público a Estados Unidos para que este país entregue a Ankara a Fetullah Gülen, quien en considerado el instigador del intento golpista ya que tiene grandes diferencias con el actual gobierno.
La insurreccción generó al menos 290 víctimas en todo el país, de las cuales 190 son civiles y otras 1.440 resultaron heridas, según el último informe del gobierno. Desde el Ministerio de Justicia ha comunicado que más de 6.000 personas han sido detenidas por su supuesta relación con el intento golpista.
Las medidas aplicadas fueron la detención de 2.800 militares, destituyeron a cinco generales y 29 coroneles, además fue liberado Hulusi Akar, el jefe del Estado Mayor que había sido capturado por los golpistas.
En tanto el Consejo presidido por el ministro de Justicia, Bekir Bozdag, destituyó a cinco de sus 22 miembros, mientras que una orden de detención fue emitida contra nueve jueces del Tribunal Supremo del país.
Según el Gobierno turco, todos son sospechosos de estar relacionados con el predicador Fetullah Gülen, exiliado en Estados Unidos y enemigo del partido islamista AKP que gobierna Turquía, serán detenidos.
Poco después de confirmarse el levantamiento, los militares hicieron leer un comunicado en la emisora pública TRT, en el que acusaron al presidente Recep Tayyip Erdogan de traidor y de haber establecido un régimen autoritario del miedo.Tal fue la confusión generada , desde la sede de la cadena estatal TRT, por los golpistas en la opinión pública , que al tomar conocimiento de la declaración de la ley marcial y el anuncio de la apertura de un nuevo proceso, la población creyó que había triunfado la rebelión.
Los cuatro partidos turcos con representación parlamentaria han aprobado una declaración conjunta en el Parlamento para condenar el intento de golpe de Estado, un gesto significativo debido a las profundas diferencias que los separan.Desde el parlamento condenaron el intento de golpe de Estado contra la nación, a la voluntad nacional, a los diputados en particular y al Parlamento en general. La declaración fue leída por el presidente de la cámara, Ismail Kahraman.
En los EEUU, el acusado Fetullah Gülen, ha condenado el golpe de Estado desde el exilio y negó estar detrás de la rebelión militar e insinuó que el mismo Erdogan, presidente de Turquía, pudo haber simulado un autogolpe en Ankara y en Estambul.
Ambas ciudades se vieron alarmadas por explosiones, tiroteos y el vuelo rasante de aviones de combate que bombardearon el propio Parlamento.
La historia de Turquía en las últimas décadas esta plagada de golpes militares. El 27 de mayo de 1960 , las Fuerzas Armadas consideraron que el sistema democrático estaba amenazado y derrocaron el Gobierno. El primer ministro Adnan Menderes y dos ministros fueron ejecutados en la horca en septiembre de 1961. Las fuerzas militares permanecieron en el poder 17 meses.
El 12 de marzo de 1971 ante la creciente acción de grupos violentos de extrema izquierda, los generales forzaron la salida del primer ministro Süleyman Demirel y un año después dejaron el poder nuevamente en manos de un Gobierno civil.
Años más tarde, el 12 de septiembre de 1980, la cúpula militar, liderada por el general Kenan Evren, dictó la ley marcial con el presunto objetivo de evitar el terrorismo ejercido por grupos de derecha y de izquierda,el Gobierno militar quedó al mando del país hasta noviembre de 1983.
El 30 de junio de 1997 hubo una intervención política sin golpe. Las Fuerzas Armadas forzaron la salida del primer jefe de Gobierno islámico del país, Necmettin Erbakan, tutor del actual presidente, Recep Tayyip Erdogan.
En 2013 la Corte Suprema de Turquía llegó a la conclusión de que en 2003 un grupo de oficiales debatieron medidas para generar caos en el país y hacer caer al Gobierno. Con su fallo, el máximo tribunal confirmó la condena de 237 personas por su participación en los hechos.
Actualmente Turquía es miembro de la OTAN , pero no forma parte de la Unión Europea, a la que quiere ingresar desde 2005 -aunque el proceso apenas ha avanzado en los últimos años-, y es un país estratégico en el tránsito a Europa de inmigrantes desde Asia, especialmente refugiados sirios.