Los defensores del libre mercado le echan la culpa de las tarifas al
exceso de consumo de gas. Peña culpó a la imprevisibilidad del clima de los aumentos
de las tarifas de gas. En tanto el Presidente instó a que baje el consumo. Abril
y mayo fueron los meses más fríos de los últimos 60 años esto generó que se
consumiera casi un 50 por ciento más que en el mismo tiempo del año pasado.
El Gobierno Nacional no quiere importar más gas y considera que el
consumo se debe a costumbres de un país rico en gas.
Lo paradójico es que las provincias que tienen los yacimientos que
producen gas, son las que más caros lo pagan y la Ciudad de Buenos Aires, que
sólo lo consume es la que lo abona mas barato.
En tanto, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, anticipó que en octubre se
realizará la audiencia pública para culminar el proceso de normalización de la
adecuación tarifaria del servicio de gas, ante lo que no descartó nuevos
aumentos de tarifas antes de fin de año.
El ministro de Energía, Juan José Aranguren, anticipó que se van a
refacturar los consumos de los bimestres desde el 1º de abril hasta la fecha,
además puntualizó que el tope regirá para el servicio de gas y no abarca a los
de electricidad y agua.
El consumidor que ya pagó con un aumento mayor al 400 por ciento, va a
recibir una nota de crédito por la diferencia. Aranguren afirmó que se debe pagar lo que se gastó en igual
bimestre del año anterior ajustado en un 400 por ciento.
Ejemplificó que una persona que pagó el año pasado 300 pesos, este año
abonará el 400 por ciento más sobre ese valor, de manera que a esos 300 pesos
deberá agregarle 1200 pesos más, con lo cual este bimestre no abonará más que
1500 pesos. En los hechos implica tomar la factura de los bimestres del año
pasado y multiplicarlas por cinco.
Lo que no se tiene en cuenta es que hay en la factura de gas otros ítems,
que no están referidos al consumo y son impuestos que no deberían multiplicarse
por 5 como sugiere el funcionario.
Lo que sucede es que a los CEO privados, que ahora son funcionarios
nacionales, poco les importan los consumidores, solo les importa que le cierren
los números de su empresa, política ahora aplicada al Ministerio que le
asignaron, sumado a esto, como nadie lo votó, su gestión no tiene ningún costo político.
Los que pagarán el costo político
son los futuros candidatos del PRO–Cambiemos, para las próximas elecciones
legislativas de 2017.