Nos situamos en Ucrania, parte del país hoy en guerra y con un antiguo litigio: la opresión ortodoxa que superó los 70 años; país que en los ´80 contenía la cuarta parte de las centrales nucleares de la antigua U.R.S.S.. Chernobyl, Chornobyl como le dicen los propios, era una bonita ciudad llena de árboles, jardines públicos y bosques que proveían de bayas y hongos en su amplia tierra rojiza. Un lugar de vacaciones gracias al río Pripyat con pesca y esparcimiento, alquiler de casas y habitaciones. Una ciudad donde la planta nuclear formaba parte de las atracciones turísticas y aportaba un gran lago refrigerante con gran variedad de peces en sus tibias aguas. Las propiedades radiactivas de las aguas de algunos manantiales fueron objeto de propaganda para sus baños y su ingesta saludable. El sábado 26 de abril de 1986, con una primavera que mostraba las cigüeñas anidando en los techos y con los jardines y viveros a punto de explotar en colores, muchos de los trabajadores habían salido de la ciudad a pescar gracias al buen tiempo. Era época de feriados.La madrugada de ese Sábado quedaron las manecillas fijas en la 01: 23 am debido a errores aparentemente no humanos y mitos sobre la seguridad en tales reactores cuando explotó una de las cuatro centrales de desarrollo Ruso, emanando una radiación 400 veces mayor que Hiroshima. Gracias a los vientos hacia el norte y posteriormente a Europa, la radiación no afectó sobremanera a la población local de 50.000 habitantes que rápidamente fue evacuada; sin embargo hay registros que al 2005, al menos el 15% de los 800.000 soldados del ejército rojo que actuaron a posteriori han muerto, siendo la radiación una de las principales causas; no se poseen datos sobre la cantidad de civiles que fueron afectados en el trayecto de dicha nube por los países europeos. Existe información acerca de conclusiones de la clase dirigente de aquella época que han reconocido que la principal causa de la catástrofe se debió a fallas del reactor, en particular su propensión a la aceleración, y que en consecuencia es un error del responsable científico y del constructor del reactor ya que los sistemas de protección del reactor no se accionaron; implicando dichas opiniones que fue puesto en marcha un reactor sin terminar. Muchos se preguntan sobre la seguridad del reactor induciendo que su avería fuese consecuencia de la política en el manejo de la energía atómica de aquel momento.Gran Bretaña, inició su primer reactor en 1945, con posterioridad, fueron existiendo diferentes desarrollos en época de guerra fría entre las dos famosas potencias con más de 1000 bombas nucleares probadas en Asia- Pacifico: Los secretos tecnológicos, sus espionajes, la captación de científicos fueron avanzando hasta las varias centenas de centrales hoy día en el mundo. La radiación nuclear es un veneno invisible que sólo se nota por los severos daños físicos y sociales causados al ser humano. Afecta a todo ser vivo y sus alimentos, sus vidas y las de sus descendientes por contaminación genética ocasionando defectos de nacimiento, atraso mental en los recién nacidos, y al planeta entero a lo largo de décadas sin vuelta atrás. Genera todo tipo de cáncer, en especial de tiroides y leucemia. También repercute psicológicamente ocasionando dejadez en hombres y mujeres por saber que están próximos a una muerte segura. A todo esto se suma la reubicación masiva, trastorno social, depresión, alcoholismo.Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma, pero nada garantiza que vaya a utilizarlo bien. Basta recordar las bombas ató¬micas lanzadas en pleno siglo XX, así como el gran despliegue tecnológico ostentado por el nazismo, por el comunismo y por otros regímenes totali¬tarios al servicio de la matanza de millones de personas, sin olvidar que hoy la guerra posee un instrumental cada vez más mortífero y preciso.
Existe un cáncer de corrupción, una sociedad sin Dios plagada de tribalismo, con el dinero como ídolo, nos dicen los Obispos de Kenia. Francisco, nuestro Papa, nos habla de la universalidad de esta añeja enfermedad que trajo aparejada inexorablemente el cambio climático del mundo. Nexos muy claros y empíricamente demostrados entre corrupción y carencia de cultura, entre corrupción y límites de funcionalidad del sistema institucional, entre corrupción e índice de desarrollo humano, entre corrupción e injusticias sociales. No se trata sólo de un proceso que debilita el sistema económico. La corrupción impide la promoción de la persona y hace que las sociedades sean menos justas y menos abiertas.Este cáncer inmerso en la vida de los pueblos puede ser encapsulado, pero no hay duda de que sucedieron y van a suceder muchas catástrofes, muertes, guerras y enfermedades por haber utilizado mal el gran descubrimiento que hiciera el físico alemán Wilhem Conrad Roentgen en 1885: los rayos X, tal como lo anticipara el Premio Nobel Pierre Curie en 1903, quien sostuvo que la radiactividad, en manos criminales, crearía problemas a la raza humana, y yo agregaría a todo lo que la rodea. El 22 de abril último, los 188 países que representan prácticamente el 100% de las emisiones globales, firmaron el Acuerdo de Paris en la sede de Naciones Unidas en New York, presentando propuestas alternativas con el objetivo de limitar el aumento de la temperatura promedio global en menos de 2 grados. Dichas propuestas deben entrar en vigencia a partir del año 2020. El planeta, nuestra casa común, viene padeciendo los descuidos de sus mayordomos con contaminaciones de diversa índole: radioactiva, sus residuos y sus pérdidas, en Three Miles Island, Fukushima con su síndrome hibakusha, u otras desconocidas, lo sucedido en Bophal, plantas industriales, mineras, derrame de petróleo, combustibles fósiles no renovables. Las energías renovables pueden ser una alternativa. Dicha tecnología será optimizada en costos.Los gobiernos están entendiendo las ventajas de trabajar en equipo, que los problemas de esta gran casa son comunes a varios vecinos, y que dichos problemas traspasan continentes, encontrando la concordancia entre los propios temas domésticos y los internacionales con vistas al futuro. El progreso científico debería contemplar continuamente al ser humano con la ciencia al servicio de su cuidado, del medio ambiente, y su progreso personal. Debemos adoptar un compromiso individual de rechazo de toda forma de corrupción que destruye el tejido social sin distinción de idiomas.