The Hole lleva recorrido desde 2011 toda España, donde sigue en cartel en sus versiones I y II, y acaba de presentarse en México, Italia y en el Casino de París. La versión que se ofrece en Buenos Aires entra en su recta final y con precios populares antes de recorrer Argentina y el exterior.
Con la presencia de una siempre verborrágica Moria Casán como la maestra de ceremonias -Has entrado en El Agujero, aquí se está mucho mejor canta en la presentación-, este cabaret propone una invitación a despertar los sentidos, con cuadros provocativos, acrobacias y la seducción servida en bandeja. Allí aparecerán el Ama de Llaves y maestra disciplinaria, los Mayordomos y el resto del servicio, todos atentos a los pedidos y reclamos de la anfritriona que anuncia un romance poco común: su relación con un roedor.
Con esta excusa, se arma un show que acierta en la participación de cada uno de sus artistas, con cuadros de acrobacias en altura, fusión de ritmos cantados, un striptease policromático muy original en su puesta y un personaje enloquecido por el sexo, El Pony Loco - Leandro Nimo-, que no deja en paz a nadie, ni siquiera al público.
Cada aparición de Moriaen el escenario es aplaudida por la rápida identificación que logra con su público. En ese sentido, repasa con gracia las desgracias de algunas figuras del espectáculo además de un pantallazo sobre la actualidad y sus penurias amorosas con el ratón Cristóbal. Sobresale el cuadro de la bañera, donde es sometida a una cruda dieta para conservar su figura. Autocrítica como ninguna y con la capacidad para desdramatizar su propio paso por la cárcel, Moriaponer en marcha un espectáculo vertiginoso que comienza en el foyer del Maipo, una disco que precalienta motores y permite el cruce con los personajes que luego estarán en escena.
Una apuesta distinta, cuidada en lo estético y con un final inesperado en el que la redención y el brillo propio de su estrella están en las alturas.