El 10 de diciembre de 2015 comenzó una nueva etapa de entusiasmo y esperanza para el Pueblo Argentino con la renovación institucional de autoridades. Promesas de campaña realizadas por Mauricio Macri fueron haciéndose realidad y otras están en espera a medida que el cumplimiento de etapas lo vaya permitiendo.
Hubo y hay actitudes que quizás contrastan con la imagen de gobierno al que estábamos acostumbrados los argentinos, a muchos puede resultarle simpático y a otros odioso, pero es el estilo de este gobierno. Hay menos tolerancia a los excesos, vocación por hacer y mayor intención de búsqueda de consensos, mientras que antes se acostumbraba a proteger los excesos, el populismo -hacer a medias o no hacer solo relato- y la toma de decisiones monarcales.
Son estilos que pueden gustar o no, pero cada uno tendrá un resultado que el tiempo determinará. Ya se ha visto a dónde nos han llevado algunos resultados en general como es el caso del área de ciencia y tecnología, por nombrar algo no discutible por ninguno de los sectores nacionales, pero para ver las consecuencias de otros casos solo debe pasar el tiempo para poder efectuar algún tipo de balance asertivo. Lo cierto es que este gobierno está haciendo lo que el 52% del electorado pidió en teoría y muy en general.
Ahora bien, es cierto que la mayoría deseaba un cambio, recuperar formas, conceptos, valores y principios aplicables a la vida diaria en todos sus aspectos. Se pretendía volver a vivir en comunidad en forma pacífica, solidaria y segura. Este camino no será fácil, pero se han dado herramientas para empezar a lograrlo de a poco, como suele decir el Presidente, la idea es que cada día estemos un poquito mejor que el día anterior. Macri ha hablado con todos los sectores y a cada uno le ha pedido algo apelando a sus conciencias, razón y corazón. En especial reclamó buena fe y esfuerzo para salir de la grave crisis en la que se encuentra la Patria.
Trabajadores, jubilados, el mundo de la política, el Pueblo en general, ha recogido el pedido y se está encolumnando para hacer realidad la esperanza de una Argentina para todos con igualdad de oportunidades, pobreza cero, segura y sin droga; pero otro sector, precisamente el que se consideraba más amigo del presidente, está dando la espalda y está haciendo cambiar el humor de la sociedad.
Octubre, Noviembre y diciembre de 2015 fueron meses donde los precios se acomodaron a un dólar paralelo de 16 pesos, enero de 2016, a pesar que estamos hablando de un dólar que no rompe la barrera de los 14 pesos los precios siguen aumentando.
Esta actitud de los empresarios, que demuestra claramente la ausencia de una burguesía nacional, gran deficiencia para cualquier intento de crecimiento, erosiona la voluntad de un Pueblo que trata de permanecer en su promesa de acompañar. Este pueblo, al ver que no son iguales para todos el reclamo y las exigencias, empieza a flaquear y el fastidio aparece en la soledad.
No se puede permitir que la desazón invada el ánimo de los argentinospor eso es imperiosa una actitud firme por parte del Presidente de la Nación sobre el abuso de la clase empresaria y controlar costos y valores de venta al público a fin de poder lograr un justo equilibrio en el esfuerzo de todos los sectores de la sociedad, para que no haya favoritismos, y menos aún de quienes más pueden.
Los precios en el mercado debieran volver a su estado del mes de noviembre de 2015 y a partir de allí SÍ, todos tiramos para el mismo lado, para construir la Argentina que nos merecemos que nos cobije y dé oportunidades de futuro al Pueblo.
Al Señor Presidente: Este es el momento de demostrar que somos todos iguales, sin favoritismos ni amiguismos y que debemos remangarnos todos, absolutamente todos.