En el pasado año, Francisco presentó la Encíclica Laudato Si, el cuidado de todos y del medio ambiente; y se llevó a cabo la Conferencia de cambio climático COP21 en Paris. En este presente año, la humanidad hereda como sucede en todo hogar, complejos y entrelazados temas que afectan su futuro.
La Encíclica, nos alerta sobre la existencia de un paradigma tecnocrático que tiende a ejercer su dominio sobre la economía y la polí¬tica; donde la economía busca solo el rédito, sin prestar atención a consecuencias negativas para el ser humano. Obteniendo así un superdesarrollo derrochador y consumista, que contrasta con persistentes situaciones de miseria deshumanizadora. Una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir, es una economía que mata, excluye y destruye la madre tierra.
Mientras más vacío está el corazón de la persona, más necesita comprar, poseer y consumir objetos. L S 204.
Miles de millones de personas hoy están conectadas por dispositivos móviles, con potencia de procesamiento sin precedentes, capacidad de almacenamiento y acceso al conocimiento ilimitadas. Estas posibilidades se multiplicarán por los avances tecnológicos en campos como la inteligencia artificial, robótica, Internet de las cosas, vehículos autónomos, aviones teledirigidos, impresión 3D, nanotecnología, biotecnología, ciencia de materiales, almacenamiento de energía y computación cuántica; la inteligencia artificial está presente.
La Cuarta Revolución Industrial, finalmente, cambiará no sólo qué hacer sino también quiénes somos, nuestro pensamiento acerca de todo. Afectará nuestra identidad y todos los problemas asociados con él: nuestro sentido de privacidad, de propiedad, patrones de consumo, el tiempo dedicado a trabajo y ocio; el desarrollo de nuestras vidas en comunidad con el otro. La velocidad tecnológica, continuará impidiendo el autoconocimiento y el compartir.
El hombre y la mujer del mundo posmoderno corren el riesgo permanente de volverse profundamente individualistas; muchos problemas sociales se relacionan con el inmediatismo egoísta actual, con las crisis de los lazos familiares y sociales, con las dificultades para el reconocimiento del otro. L S 104. Debemos tener presente un tiempo para hacer una pausa, reflexionar y entablar conversaciones con nuestros prójimos acerca de nuestra casa común.
Las Naciones Unidas calculan que 350 millones de personas se habrán desplazado hasta 2050 por razones climáticas y medioambientales, perdiendo con ello la base de su existencia. Se estima que el actual número de refugiados climáticos asciende a unos 25 millones de personas en todo el mundo. La cifra de desplazados a consecuencia de las catástrofes naturales, la desertización y la acidificación de los océanos supera a la de los refugiados por persecución política y guerras. Países que desaparecerán, traerán un nuevo concepto de ciudadanía.
Mientras se deteriora constantemente la calidad del agua disponible, en algunos lugares avanza la tendencia a privatizar este recurso. El acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos. L S 30.
Existe una incapacidad para pensar en las futuras generaciones, en pensar en quienes quedan excluidos del desarrollo, los pobres del futuro, y los pobres de hoy, que tienen pocos años de vida en esta tierra y no pueden seguir esperando. Por eso, debemos hablar de una solidaridad intergeneracional, e intrageneracional. L S 162.
¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están cre¬ciendo? ¿Para qué pasamos por este mundo? ¿para qué vinimos a esta vida? ¿para qué trabajamos y luchamos? ¿para qué nos necesita esta tierra?. L S 160¬.
Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo para bien; basta recordar las bombas ató¬micas lanzadas en pleno siglo XX y el gran despliegue tecnológico ostentado por el nazismo, por el comunismo y por otros regímenes totali¬tarios al servicio de la matanza de millones de personas, sin olvidar que hoy la guerra posee un instrumental cada vez más mortífero. ¿En manos de quiénes está y puede llegar a estar tanto po-der?
Un pueblo que olvida su pasado, su historia y sus raíces, no tiene futuro, es un pueblo seco. Somos dueños de nuestro futuro, con educación podemos influir en él; en lo que nos resta de vida encararemos la quinta revolución.
Fuente : www.acnur.org ? www.weforum.org