En la pieza literaria y fílmica Los Juegos del Hambre la moda ha ido más allá de una estética recargada y futurista que, si bien a muchos seguidores enamora, a otros espectadores simplemente los impresiona.
La moda en la saga Los Juegos del Hambre es utilizada como una forma de control y declaración política. Gracias al arte del vestuario, los atuendos permiten la clasificación de los personajes en los distritos, representados por trajes de colores opacos, que reflejan su oposición y condición social.
A diferencia de estos, en el Capitolio -la Ciudad Central-, es más fuerte el contraste. La extravagancia, lo colorido, lo excéntrico y, hasta, lo exagerado son el reflejo de vida ostentosa, las que asumen sus anfitriones.
Las responsabilidad de estos matices de vestuario bien diferenciados estuvo a cargo de las diseñadoras Judianna Makovsky y Trish Summerville, con colaboraciones de otros diseñadores de casas como Mc Queen, Iris Van Herpen, Tex Saveiro, Nicholas K. y Juun J., permitieron albergar la fantasía hecha moda.
El arte del cine causa emociones que marcan influencias. Muchos espectadores encontraron inspiración y adoptaron las tendencias de la misma. Por ejemplo, las trenzas de Katniss -en la piel de Jennifer Lawrence- fue una obsesión para los Instagramers, muchas cuentas muestran tutoriales de como replicar dicho peinado.
Y si a la moda nos referimos, en las pasarelas mundiales se han visto colecciones con apliques de cuero, chaquetas con cortes asimétricos y enterizos en materiales sintéticos que reflejan la clara inspiración de Los Juegos del Hambre.
Tal fue el impacto del estilo Capitolio, que conllevó a la creación del sitio web Capitol Couture. Este portal de moda permite adentrar al espectador al mundo de la saga. Por otro lado, tanto el portal de e-commerce Net-A-Porter como la marca de maquillaje Cover Girl sacaron sendas colecciones inspiradas en esta misma obra.
Noviembre es el mes del desembarco del la última parte de Sinsajo, que tiene como objetivo la unidad de los distritos utilizando el slogan Clothing Unites -traducido como la ropa une-, por lo que todos se visten igual. En este punto, se empieza a observar una familiarización de tendencias actuales y el vestuario se completa con leggins, ropa deportiva futurista y, la última tendencia, con prendas cotidianas y de sencilla elaboración.