Desde el aire de Mariela Ghenadenik, es una clásica historia de desamor. Pero ahí se termina lo de clásica.
Dos mujeres, atrapadas en sus vidas, por momentos miserables, que en algún giro de la historia se cruzan y la relación ?muy mala- que se establece entre ellas hace más terribles algunas circunstancias de la vida cotidiana. Malena, ejecutiva de alto rango en una empresa multinacional, descarga sobre sus empleados todo el dolor y el odio que ha ido acumulando a lo largo de sus cortos años. El amor romántico no es algo que haya llegado a su vida, cuando parecía que este iba a ser parte de sus días una brutal agresión en un avión dio por el suelo con sus sueños adolescentes. Una doble vida de ejecutiva y prostituta de lujo, sumados a una pésima relación con su familia, una hermana y una madre dispuestas a todo por hacerla sufrir, y un padre totalmente ausente, completan este rompecabezas que hará que Malena combine en si misma a víctima y victimario.
Laura, eterna enamorada de un amante que la abandona pero sigue buscándola, llega a una entrevista de trabajo para ser la asistente de Malena y desde ese mismo momento su vida se convierte en un infierno que no conoce de descansos. El maltrato de su jefa se une a la falta de atención de su enamorado, quien logra convencerla de volver a estar juntos, pero con muy poco tiempo para dedicarle, ocupado en su familia y en su trabajo, dejando a Laura llorando pena y abandono por todos los rincones.
Dos personajes perfectamente delineados, que nos muestran sus propias miserias a cada paso, donde podríamos identificar fácilmente al bueno y al malo de la historia, hasta el momento en que cambiamos de capítulo y el malo nos da pena y el bueno nos provoca repulsión. Hechos cotidianos que nos resultarían inverosímiles si no conociéramos casos terriblemente similares. Una historia de ficción anclada en la realidad del ser humano dispuesto a todo para conseguir aquello que necesita o lo que sus caprichos le reclaman.
Si bien la novela está bien estructurada y la historia no tiene grandes altibajos, a la mitad del libro parece que la autora ha perdido el rumbo, pero, afortunadamente, lo retoma con celeridad antes de perder al lector.
Lamentablemente, la edición deja mucho que desear. Hay párrafos de la novela que se vuelven ininteligibles, ya que faltan o sobran palabras y hay oraciones que no respetan una estructura que permitan entender lo que la autora quiere transmitirnos. Esperemos que llegue una nueva edición con estos problemas resueltos. La novela se lo merece.